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La nieve en el viñedo, el gran aliado.


En La Horra (Burgos) estamos a 802-870 metros de altitud y los meses de enero, febrero y marzo es la temporada de posibles nevadas. A pesar de lo que se pueda pensar, en esta época del año la nieve, es muy beneficiosa.

LO QUE LA VID NECESITA

Para entender cómo afecta la nieve a la viña primero debemos saber que es una planta con un ciclo vegetativo anual, esto significa que todos los años entra en estado de reposo y brota de nuevo.

Además, la vid necesita una serie de elementos para desarrollarse correctamente como: sol, calor o agua disponible; así como unas condiciones climatológicas concretas que le permitan seguir su ciclo vegetativo. Una de estas condiciones es que tenga estaciones marcadas.

En La Horra tenemos un clima continental que se caracteriza por tener grandes contrastes térmicos día noche, estaciones marcadas con inviernos fríos y veranos cálidos, y un régimen pluviométrico muy bajo.

EFECTOS DE LA NIEVE EN EL MEDIO

Durante la temporada de reposo vegetativo en la madera de las viñas se acumulan diferentes tipos de insectos y hongos que no son capaces de sobrevivir a las bajas temperaturas, en caso de que nieve o hiele.

Por otro lado la nieve, pasa a convertirse en reservas de agua excelentes para el posterior desarrollo de la planta. Para ello es importante tener suelos que retengan bien el agua, como por ejemplo la arcilla.

Si durante la temporada de poda hiela o cae nieve, las bajas temperaturas ayudarán a nuestras cepas a cicatrizar mejor, acabando con los agentes infecciosos que las puedan afectar.

En resumen, la nieve y el frío son dos efectos beneficiosos para nuestro viñedo. Ya sabéis lo que dice el dicho “año de nieves, año de bienes”.

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