Autor: Cristina
El lloro de la viña
Como cada primavera la vid vuelve a deleitarnos con su inicio de ciclo. Es importante saber que la vid tiene un ciclo vegetativo anual, lo que significa que solo hay una cosecha por año tras la que la planta entra en estado de reposo.
La viña por debajo de 10ºC no puede desarrollarse, por lo que en nuestro pueblo, La Horra, puede entrar en reposo a partir de Noviembre.
Durante el reposo vegetativo de la vid vamos a realizar una serie de “trabajos de invierno“, que consisten en cuidar las raíces, realizar los trabajos de poda y nutrir el suelo para acoger un nuevo régimen de lluvias.
La poda es el primer trabajo que se realiza directamente sobre la vid con el fin de equilibrar la producción de la planta. Este trabajo consiste en cortar las ramas del año anterior.
Con el incremento de las temperaturas, sobre el mes de Febrero la planta comienza a reactivarse y la savia vuelve a recorrer la planta hasta llegar a los cortes que se han realizado durante la poda. En este momento podemos ver como las pequeñas gotas de savia caen en forma de gotas.
Es por ello que definimos el inicio del ciclo vegetativo con el “lloro”. Con el paso de los días empezarán a surgir las primeras yemas de este nuevo año, de las que nacerán las ramas, hojas y fruto.
Durante los meses de invierno el viñedo descansa, pero nosotros no. Es el momento perfecto para cuidar las raíces, nutrir el suelo y realizar los trabajos de poda.
Para explicaros los trabajos de invierno nos hemos ido hasta las parcelas de Torrosillo y Zaloña, en el pueblo de La Horra, donde realizaremos 3 trabajos.
- Poda de invierno
- Abonado de invierno
- Picado de palos
La poda de invierno se define como la reducción de una parte vegetativa de la planta para limitar su producción y asegurar la calidad del año en curso. Para ello es importante entender las partes de la vid.
Durante la poda esculpimos la viña, eliminando las ramas que se han formado durante el último año y se dejan los pulgares con dos o tres yemas, de donde brotarán las nuevas ramas dentro de unas semanas.
En Figuero entendemos el suelo como parte fundamental en la calidad de nuestro viñedo, un suelo vivo es un suelo sano. Por ello el abonado de invierno es fundamental, es nuestra forma de devolverle al suelo los nutrientes que nos ha entregado durante todo el ciclo vegetativo.
Por último, las ramas que se han eliminado durante la poda se pican y se devuelven al suelo como abono natural. Este proceso se denomina picado de palos.
Todos los trabajos que realizamos en el viñedo son de carácter ecológico, buscando la autosuficiencia de la planta y de dotarle de las herramientas necesarias para que sea capaz de desarrollarse de manera autónoma durante todo el ciclo.
En La Horra (Burgos) estamos a 802-870 metros de altitud y los meses de enero, febrero y marzo es la temporada de posibles nevadas. A pesar de lo que se pueda pensar, en esta época del año la nieve, es muy beneficiosa.
LO QUE LA VID NECESITA
Para entender cómo afecta la nieve a la viña primero debemos saber que es una planta con un ciclo vegetativo anual, esto significa que todos los años entra en estado de reposo y brota de nuevo.
Además, la vid necesita una serie de elementos para desarrollarse correctamente como: sol, calor o agua disponible; así como unas condiciones climatológicas concretas que le permitan seguir su ciclo vegetativo. Una de estas condiciones es que tenga estaciones marcadas.
En La Horra tenemos un clima continental que se caracteriza por tener grandes contrastes térmicos día noche, estaciones marcadas con inviernos fríos y veranos cálidos, y un régimen pluviométrico muy bajo.
EFECTOS DE LA NIEVE EN EL MEDIO
Durante la temporada de reposo vegetativo en la madera de las viñas se acumulan diferentes tipos de insectos y hongos que no son capaces de sobrevivir a las bajas temperaturas, en caso de que nieve o hiele.
Por otro lado la nieve, pasa a convertirse en reservas de agua excelentes para el posterior desarrollo de la planta. Para ello es importante tener suelos que retengan bien el agua, como por ejemplo la arcilla.
Si durante la temporada de poda hiela o cae nieve, las bajas temperaturas ayudarán a nuestras cepas a cicatrizar mejor, acabando con los agentes infecciosos que las puedan afectar.
En resumen, la nieve y el frío son dos efectos beneficiosos para nuestro viñedo. Ya sabéis lo que dice el dicho “año de nieves, año de bienes”.
En Septiembre de 2022, durante su viaje a Ribera del Duero, tuvimos el honor de compartir una fantástica mañana de vendimias con Tim Atkin MV, visitamos viñedo viejo y disfrutamos juntos con nuestros vinos. Durante 21 días ha catado 578 vinos de 160 bodegas seleccionadas personalmente por él.
Tras 6 años visitando nuestra particular región vitivinícola Tim Atkin resalta la tendencia en Ribera del Duero hacia la elaboración de vinos de parcela (individual terroirs) o vinos de paraje (communes) lo cual permite a los consumidores reconocer las diferencias entre los vinos de pueblos como La Horra, Anguix, Roa, Atauta, Moradillo,…
El siguiente paso será la identificación de los mejores viñedos para su clasificación en los equivalentes a de Grandes Cru Borgoña.
Todos los vinos que aparecen en su Special Report se encuentran por encima de los 94 puntos, siendo la máxima puntuación concedida en este año de 98 puntos.
Los vinos de Tinto Figuero seleccionados en el TOP 100 RIBERA DEL DUERO Special Report 2022 son:
En La Horra, localidad ubicada en el corazón de la Ribera del Duero, se encuentra la bodega familiar Tinto Figuero, con décadas de historia en la DOP Ribera del Duero (España). La Horra se encuentra en el margen derecho del río, dentro de lo que se denomina Diamante de Oro debido a sus microclimas y suelos singulares.
La familia García Figuero elabora siete vinos procedentes de más de 110 parcelas repartidas en un radio de cautro kilómetros alrededor de la bodega. Son vinos únicos y diferentes: tres de ellos siguen la clasificación basada en los meses de envejecimiento (Roble, Crianza y Reserva) y los otros cuatro, son vinos de paraje y/o parcelas únicas de viñas plantadas entre 1910 y 1965. Comprometidos con la viticultura sostenible, elaboran sus vinos únicamente con “el tempranillo de la zona de La Horra“. A los mandos del equipo de enólogos Oscar Rodríguez y Jean François Hèbrard, como consultor externo
La bodega nace de la ilusión de José María García y de su esposa Milagros Figuero y se hizo realidad en 2001 con el apoyo de sus tres hijos: Carlos, Henar y Antonio y de sus respectivos cónyuges Esther, J. Felipe y Pilar. ¿Su propósito? Crear los mejores vinos respetando al máximo la singularidad de cada parcela y de cada zona. Hoy celebran su éxito con la incorporación de la tercera generación en la persona de Cristina, hija de Henar y de J. Felipe.
En sus manos y en la de sus padres y tíos recaen la gestión de la bodega, la comercialización de los vinos, la comunicación y los planes para el futuro.
La bodega, que en el año 2016 fue elegida como una de las 100 mejores del mundo por la prestigiosa revista Wines & Spirits elige como propuesta navideña Figuero Viñas Viejas (27 euros), un vino 100% tempranillo elaborado con materia procedente del Paraje de Zaloña, en el pueblo de La Horra (DO Ribera del Duero). Su gran presencia de frutas rojas que se intercalan con notas especiadas y torrefactos lo hacen ideal para las cenas de navidad, más copiosas y largas que las normales.